La empatía me permite entender mis propias necesidades y las de los demás en maneras que ayudan a construir consenso, aún en situaciones complicadas. Esto es algo que me tardó mucho tiempo entender.

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Cuando estaba en la universidad, solía decir que "las emociones son cosas que le suceden a otras personas." Como estudiante de ingeniería, me gustaba pensar que era un tomador de decisiones  totalmente racional. No fue hasta mi programa de maestría que comencé a tomar las emociones y la inteligencia emocional con seriedad. Al final de una clase de negociación, el profesor me sugirió que debería parar de invertir en mi coeficiente intelectual y comenzar a invertir en mi coeficiente emocional.  Yo no estaba satisfecho con el hecho de que lo que otros percibían como arrogancia se sentía diferente para mí, realmente más como miedo. Entonces decidí seguir el consejo de mi profesor y averiguar qué era lo que estaba pasando.

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Frecuentemente me sentía ansioso y quería entender por qué. Mi camino inició con aprender a auto-conectar, y con el tiempo fue ganando comodidad con permitirme sentir lo que estaba vivo en mi. Comencé a darme cuenta que debajo de mi ansiedad se escondían tristeza y enojo. De camino aprendí bastante acerca de la Comunicación No Violenta , que me ayudó a estar con mis sentimientos para entender las necesidades emocionales de fondo que había estado ignorando. Este proceso de auto-empatía me ha permitido desarrollar la habilidad de empatizar con otras personas también, e inclusive a apoyar a otras personas a fortalecer sus capacidades de empatía.

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Esta habilidad de empatizar se ha vuelto una parte clave de mi trabajo mientras escucho a otros para realmente comprender lo que está motivando su comportamiento en maneras que ayudan a descubrir soluciones creativas basadas en el consenso.