La apreciación impulsa la colaboración porque te permite cultivar relaciones cercanas, notar el valor intrínseco de los demás y celebrar los logros. Tengo  la fortuna de tener una maestra amorosa en mi vida que me ha ayudado a aprender esta lección.

 

Por muchos años avancé por la vida poniendo mi atención en las debilidades de los demás (¡y las mías!), y prefería lograr las cosas solo. Anduve por el planeta como un lobo solitario, y pase 11 años fuera de mi país, Costa Rica, con poco contacto con mi familia o mis amigos en casa. Una noche lluviosa en Sudán del Sur, me di cuenta de que algo acerca de mi visión del mundo me estaba robando de algunos de los regalos más preciados de la vida que nacen de conexiones íntimas y vulnerables con las personas que más habían contribuido a mi vida. Pero ¿qué exactamente acerca de mi enfoque en la vida estaba mal?

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Decidí regresar a mi país y  pasar mucho más tiempo con mi familia para comenzar a observar mis propias actitudes y comportamientos. De camino conocí a un grupo hermoso de amigos que se han vuelto mis maestros de apreciación. Comencé a dar me cuenta de que no había desarrollado la habilidad de realmente recibir los pequeños y grandes actos de amor de los que me rodean. Había estado escogiendo ignorar todas las cosas maravillosas que continuamente contribuyen a mi existencia. 

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Mientras sigo profundizando en apreciación, atesoro momentos diarios en los que noto el valor en todo lo que me rodea y celebro el sentimiento bello de apreciación y gratitud que emerge orgánicamente. La apreciación y la gratitud se han vuelto una parte de mis relaciones cercanas y el cimiento de las relaciones colaborativas en todos los equipos en los que trabajo.